La actualización médica continua es una de las máximas preocupaciones de los organismos y agrupaciones vinculadas con la Ginecología y Obstetricia: la Federación Mexicana de Ginecología y Obstetricia y de todas las agrupaciones federadas de la República Mexicana. La organización de cursos, simposios y las conferencias que tienen lugar en diversas sedes de toda la República son el reflejo de la respuesta a esa necesidad.

La asistencia a un curso, o a una conferencia magistral, nos permite escuchar las explicaciones de los expertos estudiosos en campos particulares de la ginecología y obstetricia. Es así como “se actualiza” nuestra base de conocimientos. Sin embargo, para lograr que las enseñanzas puedan comprenderse hasta llegar al entendimiento cabal que permita poner en práctica los nuevos conocimientos, siempre se requiere repasar, en un texto escrito sobre papel o en medios informáticos, lo escuchado en las aulas y en los auditorios.

En el mundo se publican más de dos mil revistas periódicas dedicadas a la difusión exclusiva del resultado de la investigación básica y clínica vinculada con la ginecología y obstetricia. De esa gran cantidad podrían elegirse cinco revistas por el refinamiento de su prestigio y por la vanguardia en donde siempre se ubican. Sin embargo, toda esa información “del día” requiere confrontarse y vincularse con la realidad de nuestro país en cuanto a: epidemiología, idiosincrasia y disponibilidad de recursos. Ésta es la razón fundamental por la que todos los ginecólogos y obstetras mexicanos debiéramos acercarnos al contenido de nuestra revista GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA DE MÉXICO porque ahí se refleja nuestra realidad, nuestro presente.

En esta edición, correspondiente al mes de septiembre de nuestra revista, se incluyen artículos muy interesantes para la actualización. El primero de ellos se refiere a un estudio de cohorte que analiza la mortalidad neonatal en un hospital perinatal regional de Mérida, Yucatán.

En otra investigación se determina la prevalencia de actividad e inactividad físicas en las mujeres que trabajan en los servicios de salud. Los resultados encontrados llevan a pensar en la necesidad de la congruencia entre lo que siempre recomendamos a nuestras pacientes y lo que como personas reflejamos cuando la actividad física no forma parte de nuestras rutinas diarias.

Una descripción de la población psiquiátrica del Instituto Nacional de Perinatología y de los neonatos expuestos a tratamiento psicofarmacológico durante la gestación nos muestra su prevalencia y, sobre todo, nos alerta acerca del mal uso de los instrumentos de tamiz que se refleja en diagnósticos excesivos de pacientes con problemas en la salud mental.

En la sección Hace 55 años se reproduce un trabajo del doctor Guillermo Alamilla a propósito de los problemas quirúrgico-abdominales durante la gestación, excluyendo los órganos genitales. Artículos como éste, conformados con la información contenida en los archivos clínicos de nuestras instituciones hospitalarias, son los que nos orientan hacia una realidad más precisa de lo que sucede en nuestro entorno.

Dr. Carlos Fernández del Castillo