Con el presente número de Ginecología y Obstetricia de México se inicia el año xi de esta revista y, por lo tanto, se celebra su DÉCIMO ANIVERSARIO. Nos asombra volver la cara atrás y cerciorarnos que durante 10 años esta publicación ha logrado no solamente aparecer puntualmente, sino además sostener un ritmo de progreso que puede resumirse en los siguientes 10 puntos:

— SE HA PUBLICADO ininterrumpidamente, siempre bimestral.

— SE HA CARACTERIZADO por su puntualidad.

— SE HA PUGNADO por que su contenido científico sea original.

— SE HA BUSCADO que esta originalidad de a conocer básicamente la producción nacional.

— SE HA PROCURADO que sea un órgano de difusión y orientación para el cuerpo médico mexicano 

     dentro de la Ginecotocología.

— SE HA ORIENTADO buscando dar a conocer “lo nuestro” en el extranjero.

— SE HA INSISTIDO en que sus páginas se abran a los Miembros de la Asociación Mexicana de 

     Ginecología y Obstetricia; sin distinción.

— SE HA ESFORZADO por que la calidad de las colaboraciones sea mejor, gracias a la ayuda del Comité 

      de Redacción.

— SE HA LOGRADO que su presentación tipográfica se mejore; la calidad de papel sea de primera; el

     número de páginas se aumente y el tiraje bimestral se incremente. Todo ello a pesar de los siempre 

     constantes aumentos de precios en los costos.

— SE HA CONSEGUIDO que no gravite económicamente ni lesione las finanzas de la Asociación Mexicana de Ginecología y Obstetricia, gracias particularmente al incremento de suscripciones pagadas y a la eficaz ayuda del señor Administrador, doctor Jorge Rovalo. Antes de analizar a qué factores se debe este progreso del cual estamos orgullosos deberíamos mencionar las dificultades que hemos debido vencer. 

Afortunadamente no será necesario hacerlo por nosotros mismos y simplemente habremos de transcribir  íntegramente el EDITORIAL que recientemente publicó un prestigiado periódico médico mexicano.

PROBLEMAS DEL EDITOR

De Revista de Urología

Vol. XIII, No. 6; Nov.-Dic., 1955

“Con un año de experiencia en los achaques de la labor editorial, el editor de esta Revista puede afirmar que la edición de una buena revista puede ser fácilmente posible y es fácilmente imposible en nuestro medio, si se permite tal expresión. En efecto, los problemas que parecerían más arduos e importantes, de más difícil vencimiento, como los de conseguir buenas colaboraciones y páginas hasta donde es posible libres de errores, constituyen, sin embargo, los problemas de menor monta. Los problemas que parecen insuperables y que hacen sumamente desagradable, por angustiosa, la función editorial, son los problemas económicos y las dificultades para cumplir con el lector el compromiso sobreentendido de llevar la Revista a sus manos con puntualidad y sin fallas. ¿Cuáles son, concretamente, las cosas que un editor bien intencionado y honesto pediría para poder llevar a cabo su función a entera satisfacción? Las cosas que él desea ardientemente y que podrían titularse “sueños de un editor”, tienen que ver con todos los interesados en torno de la revista, pero entre los cuales el anunciante ocupa un lugar de suma preponderancia, por lo que en su orden creciente de importancia los trataremos.

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